Soy una joya de Ché Fernández

Es difícil toparse hoy en día con exposiciones donde su temática no persiga un fin intencionadamente
subversivo, descaradamente efectista o rabiosamente actual. Más aún que su técnica se base en la aparente sencillez que supone dibujar a base de punta de lápiz y goma de borrar. Así de íntegra y de desprendida es ”Soy una joya”, cuyo propósito huye del intencionado mensaje, pues no busca más que atrapar en nueve dibujos y un lienzo -este último realizado en acrílico y a todo color- las beldades del mundo vegetal.
Pero no se confundan, que la cosa no se queda en un mero estudio al más puro estilo naturalista botánico del siglo XIX. Esta serie posee la capacidad de acercarnos tanto a la rigurosidad que implica la ilustración científica, como al más hondo realismo mágico y freak. Las morfologías autótrofas de Che son de una raza diferente, parecen descomponerse y flotar en una atmósfera ingrávida, sufriendo algunas de ellas de extrañas alteraciones en sus cuerpos: incrustadas en sus carnes, lucen toscas piedras preciosas que se debaten entre tornarse piercing o pústula; nada es concluyente y todo está bien definido. Sin embargo, en medio de este delirio, sigue aflorando la delicadeza, domina la fidelidad a la hortaliza que sirvió de modelo y reina una gran seriedad cargada de humor.
Dice su autora que si hubiera que extraer el germen inicial de esta muestra -llamémoslo inspiración- se remonta a un broche de bisutería con forma de zanahoria (diseño raro de narices, ¿no?) que un día se encontró por casualidad en un cajón de la casa familiar y sintió la necesidad de plasmar sobre el papel.
Y de ahí, poco a poco, fue saliendo toda la prole del huerto imaginario. Pero si le preguntan el porqué de seguir creando más, ni ella misma lo sabe o, tal vez, no le interesa ahondar en ello porque lo esencial es disfrutar del trabajo autotélico y no ampararse bajo un discurso narrativo. Así que no deformaré más con la palabra lo que se concibió para ser contado por el dibujo. Sólo un último apunte: si quieren comprobar si esta joyita vegetal es realmente auténtica, ya lo saben, vengan e ¡hínquenle el diente!
María Mieres
* local [espacio-tiempo] es un lugar de encuentro en torno a actividades y eventos de cultura contemporánea, autogestionado, sin ánimo de lucro y sostenido a través de las aportaciones de las personas asociadas.
laboca.asociacion@gmail.com
Commentaires