Deriva Inmóvil (una charla con) David Martínez Suárez. 29/03/19
Deriva inmóvil Texto y tejido tienen la misma raíz. No hay una gran diferencia entre una pieza rectangular de tela y un texto rectangular. Esto señala que originalmente la escritura estaba más relacionada con tejer, o tejer con la escritura de lo que parece en la actualidad. En cada caso se trata de unir o entrelazar trazos o hebras de cosas más grandes, sin embargo esta conexión se va diluyendo cuando nos acercamos al significado. Los textos pueden leerse, tienen un contenido y se componen de signos, mientras que las superficies tejidas se presentan como fenómenos principalmente sensoriales, que parecen carecer de significado. Para mí la lectura de la escultura consiste más o menos en el intento de unir el material físico con las impresiones y experiencias con las que nos acercamos a ella. Esta conexión entre materia y pensamiento puede considerarse aplicable también a la escultura creada antes de la era de la modernidad, pero quizás la consciencia de esta relación se vincula principalmente al periodo posterior a los años 60, una época dedicada en concreto al potencial de significado del material. Considero el arte un terreno fluido, ramificado, transitorio de experiencias, significados materiales, conexiones opciones callejones sin salida e incluso autopistas. Un camino suelto presenta una de las posibilidades de que un cuerpo vaya de un lugar a otro, otro camino es un tipo de movimiento diferente, que puede seguirse o abandonarse. Sin embargo no transitas por ellos, sino más bien a su lado, estableciéndose un terreno alrededor. Una relación no resuelta entre el flujo y la coagulación. La escultura moderna siempre ha luchado contra el cuerpo, tanto en su representación física entendida sobre la base de una concepción naturalista de la forma, como del cuerpo entendido en cuanto escala o medida por la cual nuestro entorno puede ser evaluado. Entiendo el arte como una situación autosuficiente, un terreno que no necesita ser respaldado por palabras sino como un intento de crear una totalidad, que también involucra aspectos de existencia separados del lenguaje. Mi practica es una especie de cuadrícula, tiene que ver con asignaciones o un tipo de topografía mental-estética que se extiende entre el control y la pérdida de control. Son cobjetos revoloteando, pero para que revoloteen tienen que estar unidas o atadas a otra cosa como la destrucción o el desperdicio. Relaciones que pueden parecer arbitrarias y caóticas pero que son totalmente contingentes. Enlaces, algunos de ellos voluntariamente rotos entre algo obviamente decorativo y algo más complejo. David Martínez Suárez (La Hueria, Asturias, 1984). Licenciado en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco, donde también ha realizado un Master.
Ha recibido varias becas y premios, entre las que podemos destacar el programa Eremuak, del Gobierno Vasco (2015), la beca LabJoven Experimenta del Laboral Centro de Arte y Creación Industrial, Gijón (2012). Junto con los artistas Lorea Alfaro, Manu Uranga y Jon Otamendi obtiene la Beca de Difusión del Gobierno Vasco para un proyecto denominado MLDJ (2010-2011). También ha realizado residencias en diferentes instituciones como Tabakalera Donostia-San Sebastián, L´Estruch, Sabadell (2017). Fundación Bilbaoarte y el Kunsthaus Bregenz, Austria (2008). Desde 2007 a 2010 ha colaborado en la investigación y publicación del Calátogo Razonado de Escultura de Jorge Oteiza.